Es una afición que sigue viva a pesar de que Internet ha hecho
sencillo el comunicarse con el mundo exterior. Pero no todo van a ser
videoconferencias en estos tiempos de confinamiento. Los
radioaficionados de la región intensifican estos días sus
comunicaciones, a través de sus estaciones analógicas domésticas. La
situación de aislamiento por la COVID-19 hace que haya más tiempo para
todo tipo de hobbies y que las ganas de hablar con los que están lejos
hayan crecido. En la región hay alrededor de medio centenar de
radioaficionados en distintos puntos. Muchos de ellos forman parte de la
URE, la Unión de Radioaficionados Españoles, que cuenta con
agrupaciones en cada una de las dos provincias.
Francisco Javier
Rodríguez forma parte de este mundo en el que no todo es ocio, sino que
brinda la posibilidad de tender lazos de ayuda. Muchas estaciones de
radioaficionados forman parte de la Red de Emergencias de Radio (Remer)
integrada en la Dirección General de Protección Civil del Ministerio del
Interior. Javier es el coordinador de la provincia de esta red. Explica
que ahora están en estado de prealerta. «En caso de que cayeran las
comunicaciones por cualquier circunstancia somos nosotros los encargados
de establecerlas a través de nuestros medios». Hay una organización
interna con un grupo de despliegue inmediato en caso de necesidad.
Fuente: www.hoy.es
En
la Subdelegación de Gobierno hay un centro de coordinación de todos los
servicios de emergencia, una especie de unidad de operaciones a través
de la cual estos radioaficionados seguirían órdenes en caso de que se
necesitara. «Si por ejemplo en la Cruz Roja o en el cuartel de la
Guardia Civil o en la Policía Nacional se quedan sin comunicaciones,
somos nosotros los encargados de abastecérsela». En la propia
reglamentación se indica de que, en caso de necesidad, cualquier
radioaficionado está obligado a poner su instrumental a disposición del
Gobierno, forme parte o no de Remer. El confinamiento ha hecho que todo
el mundo esté conectado a la red a nivel mundial, lo que puede generar
caídas. En el caso de que la red se sobrecargara tanto que impidiera la
comunicación, ellos serían garantes de la misma. Habitualmente al pensar
en una situación de peligro o catástrofe nuestra mente evoca terremotos
o inundaciones, pero el confinamiento también puede generar riesgos
para la comunicación. «Nuestra red es totalmente analógica, con una
batería, un equipo y una antena te puedes poner en cualquier sitio»,
afirma este amante de las ondas.
Fuente: www.hoy.es
Más allá de todo eso Francisco Javier Rodríguez, que trabaja en una
tienda de muebles cerrada estos días constata que la actividad se ha
incrementado. Los indicativos, que a cada aficionado le concede la
Dirección General de Telecomunicaciones, son la seña personal de cada
uno de los radioaficionados. «Notamos que hay indicativos nuevos, que
estaban ahí en el cajón y que debido a esta situación extraordinaria
mucha gente está volviendo a desempolvar sus equipos».
El mundo de la radioafición tiene una especie de diplomas que se conceden aprovechando distintas efemérides. Determinadas estaciones llamadas 'manager' cuentan con letras o referencias. Al contactar con ellas se logra una de ellas, que van formando la palabra o la referencia indicada. Así fue hace dos años por ejemplo con el aniversario de Cervantes. Ahora se está haciendo con la COVID-19, en donde se forman lemas como el ya célebre 'Quédate en casa'.
La Semana Santa también se ha convertido estos días en un elemento que pivota la actividad de los radioaficionados en busca de sus referencias y diplomas Es, como reconocen tanto Miguel como Francisco Javier, una forma lúdica de enfocar una actividad llena de pasión por la técnica y de ese interés permanente del hombre de saber qué hay más allá.
Concursos
Miguel Díaz es otro apasionado extremeño de la radioafición. «Las conversaciones estuvieron centradas en el coronavirus en los primeros días, ahora es más sobre la vida en casa, cómo organizarse», explica este técnico de Canal Extremadura . Sus contactos en estas jornadas han sido con aficionados nacionales y también con un francés. En su caso, y debido a que trabaja fuera de casa no ha incrementado las horas de conexión. Miguel se enamoró de este hobbie siendo un niño. Actualmente la media de los usuarios de este tipo de comunicación por radio es de unos 55 años. «Internet y la telefonía móvil le pegaron un bofetón importante a este campo».El mundo de la radioafición tiene una especie de diplomas que se conceden aprovechando distintas efemérides. Determinadas estaciones llamadas 'manager' cuentan con letras o referencias. Al contactar con ellas se logra una de ellas, que van formando la palabra o la referencia indicada. Así fue hace dos años por ejemplo con el aniversario de Cervantes. Ahora se está haciendo con la COVID-19, en donde se forman lemas como el ya célebre 'Quédate en casa'.
La Semana Santa también se ha convertido estos días en un elemento que pivota la actividad de los radioaficionados en busca de sus referencias y diplomas Es, como reconocen tanto Miguel como Francisco Javier, una forma lúdica de enfocar una actividad llena de pasión por la técnica y de ese interés permanente del hombre de saber qué hay más allá.
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