Los arqueólogos que buscaban los restos de un pueblo romano cerca de
la ciudad alemana de Colonia encontraron algo inesperado. En lugar de
las huellas de hace 2000 años, un sofisticado transceptor de radio
soviético para uso de espionaje, enterrado allí poco antes de la caída
del llamado Telón de Acero.
La radio espía estaba muy bien empaquetada en papel de aluminio en
una gran caja de metal que, como todavía se mantenia hermética, la
conservò de la acción del tiempo. Aunque sus baterías se agotaron
después de más de 30 años bajo tierra, la radio està prácticamente
nueva.
El hallazgo inesperado fue realizado por un equipo de arqueólogos que
estaban excavando cerca del bosque de Hambach, a unos 30 kilómetros al
oeste de Colonia, en un área de minería de carbón a cielo abierto.
Esperaban encontrar fragmentos de un asentamiento de la época romana que
se creía que se había construido en la zona, por lo que se
sorprendieron al desenterrar la caja de metal.
Se trata de un transceptor modelo R-394KM, con el nombre en código
“Strizh”, que significa “Rápido”. Fue fabricado en la Unión Soviética en
1987 y probablemente fue transportado por espías a Alemania Occidental
unos años antes del final de la llamada “Cortina de Hierro” que dividió a
Europa Oriental y Occidental.
Se cree que los espías comunistas utilizaron el equipo para enviar
informes secretos a la Unión Soviética sobre el Centro de Investigación
Nuclear de Jülich, a unos 10 kilómetros al oeste de donde fue
encontrado, o desde la base aérea militar de Nörvenich, que está a la
misma distancia hacia el sureste, donde, hasta 1995, Estados Unidos
mantuvo sus misiles nucleares Pershing almacenados.
Otra posible explicación para el ocultamiento de la radio sería un
posible uso en el futuro por parte de la policía secreta de la entonces
Alemania del Este, la temida “Stasi”, o para mantenerla como respaldo si
otras radios utilizadas por espías se dañaran o fueran confiscadas. A
pesar de estos supuestos, la radio encontrada probablemente nunca se
usó, dada la excelente condición que presentaba.
El sitio web de Crypto Museum aparecen detalles sobre cómo funciona.
Técnicamente, la radio es un transceptor capaz de operar entre 1500 KHz y
15000 KHz, con diferentes configuraciones de frecuencia para RX y TX.
Su transmisor emitía 15 W de potencia PEP y estaba equipado con un
acoplador de antena incorporado. Como antena, se utilizaba un cable
largo y un contrapeso de RF. En el dispositivo en sí había una
referencia con las longitudes de cable adecuadas para cada banda.
El equipo se puede operar en telefonía (AM), telegrafía y digital.
Este último se utilizó para transmisiones ultra rápidas de alta
seguridad, en las que la señal se modula en una subportadora. Al
transmitir, permite almacenar secuencias de 5 números, llamados
“datagramas”, que eran un código secreto utilizado por los rusos para
enviar y recibir mensajes. Estos números se transmitieron a través de la
telegrafía, ya sea manualmente usando una clave incorporada, o
generados por la clave automática.
Otra forma de transmisión es el modo digital por modulación de fase.
Por lo tanto, puede enviar los códigos a una velocidad de transmisión de
hasta 835 números por minuto, el equivalente a 167 datagramas en 60
segundos.
El receptor, gracias al avanzado sistema de almacenamiento, puede
funcionar completamente solo. El equipo almacenó los mensajes recibidos
para que el espía pudiera verlos más tarde, a través de una pantalla
numérica. Funciona con baterías que venían con él o con cualquier otra
fuente de 12V a 13.8V, como las baterías de automóviles.
Con dicho equipo, un espía podría transmitir y recibir mensajes en un
radio de hasta 1.200 km, lo que le permitiría llegar a la ciudad de
Varsovia en Polonia, por ejemplo, que formaba parte del bloque
soviético.
En estos dìas puede ser visto por el público, ya que está en exhibición en el Museo LVR-Landes en la ciudad alemana de Bonn.
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