Itelazpi es un ente público dependiente del Gobierno Vasco que gestiona las infraestructuras para la difusión de las señales de radio y televisión en la Comunidad Autónoma Vasca. Esta entidad ha convocado durante años concursos para fomentar la innovación en el sector. Hasta ahora siempre los había dirigido a escuelas de ingenieros y centros universitarios, pero el año pasado, por primera vez, lanzó la convocatoria para centros públicos de formación profesional, los Premios Itelazpi LK Publikoa.
Los galardones de este certamen se hicieron oficiales esta semana en la sede de Itelazpi, en Zamudio, y el máximo reconocimiento engrosa ya el curriculum del Instituto Bidasoa. Un alumno del centro, Luis E. Herraiz Sansous, obtuvo el Primer Premio con su proyecto 'Repetidor digital de DMR para radioaficionados EA2RKB-1'.
Herraiz es capaz de poner en palabras sencillas su proyecto, básicamente, un repetidor para radioaficionados de doble capacidad y que se conecta a internet. Las razones por las que recibió el principal premio también dicen mucho. «Es una propuesta que aporta nuevas infraestructuras en radiocomunicaciones críticas gracias al diseño de un repetidor de radiocomunicaciones moderno, eficaz y eficiente espectralmente, a un coste contenido gracias al uso de sistemas de radiofrecuencia, electrónicos e informáticos de bajo coste».
Luis Herraiz no responde al perfil estándar de alumno del instituto Bidasoa. No es sólo una cuestión de edad. «Tengo mi carrera profesional por otro lado. Soy radioaficionado y desde pequeño me ha interesado todo el tema de las ondas y cómo funcionan. Era lo que hubiera querido estudiar pero la familia y las circunstancias te llevan por los caminos que te llevan». Con un trabajo estable que le da tranquilidad y cierta flexibilidad, «hace unos años vi la oportunidad de cursar el Grado Superior de Electrónica».
El centro le ofreció «todas las facilidades» y sacó adelante el grado con una «nota espectacular. Ha sido un estudiante ejemplar», aseguran desde el propio instituto. Superados esos dos cursos, se animó a seguir con el grado superior de telecomunicaciones.
En el trabajo final de ese segundo grado surgió el proyecto que a la postre resultó premiado. «Tenía previsto dar continuidad al proyecto de fin de grado que hice para completar Electrónica», recuerda Herraiz. «Pero soy miembro de la Unión de Radioaficionados del Bidasoa y quería construir ese repetidor digital DMR. Gente de la asociación y de otras asociaciones me han ayudado mucho. Hacerlo como proyecto de grado hacía posible instalarlo en la azota del centro, un lugar inmejorable, facilitando la gestión de las infraestructuras necesarias». Cuando llegó la convocatoria de Itelazpi, fue el instituto el que le propuso presentar su proyecto «porque tenía un encaje perfecto», aseguran desde Dirección. «No pensaba que pudiera ser un proyecto ganador, pero todos en el Instituto Bidasoa se han portado tan bien conmigo que si me piden algo sólo puedo decir que sí, así que presenté el proyecto».
Herraiz asegura que construir el repetidor «no es difícil para alguien que haga este grado», pero reconoce que para el montaje también ha utilizado tutoriales de canales de YouTube de varios países. «Estoy contento porque es un sistema moderno y que funciona muy bien, que va a mejorar las infraestructuras para radioaficionados en la comarca. Pero sobre todo por su eficiencia, sostenibilidad y bajo coste. Su sistema permite dos entradas a la vez, así que lo que antes requería dos repetidores, este lo hace por sí sólo. He utilizado materiales radiofónicos reciclados y sistemas de bajo coste como Arduino y Raspberry y apenas gasta electricidad comparado con los antiguos repetidores digitales».
Los galardones de este certamen se hicieron oficiales esta semana en la sede de Itelazpi, en Zamudio, y el máximo reconocimiento engrosa ya el curriculum del Instituto Bidasoa. Un alumno del centro, Luis E. Herraiz Sansous, obtuvo el Primer Premio con su proyecto 'Repetidor digital de DMR para radioaficionados EA2RKB-1'.
Herraiz es capaz de poner en palabras sencillas su proyecto, básicamente, un repetidor para radioaficionados de doble capacidad y que se conecta a internet. Las razones por las que recibió el principal premio también dicen mucho. «Es una propuesta que aporta nuevas infraestructuras en radiocomunicaciones críticas gracias al diseño de un repetidor de radiocomunicaciones moderno, eficaz y eficiente espectralmente, a un coste contenido gracias al uso de sistemas de radiofrecuencia, electrónicos e informáticos de bajo coste».
Luis Herraiz no responde al perfil estándar de alumno del instituto Bidasoa. No es sólo una cuestión de edad. «Tengo mi carrera profesional por otro lado. Soy radioaficionado y desde pequeño me ha interesado todo el tema de las ondas y cómo funcionan. Era lo que hubiera querido estudiar pero la familia y las circunstancias te llevan por los caminos que te llevan». Con un trabajo estable que le da tranquilidad y cierta flexibilidad, «hace unos años vi la oportunidad de cursar el Grado Superior de Electrónica».
El centro le ofreció «todas las facilidades» y sacó adelante el grado con una «nota espectacular. Ha sido un estudiante ejemplar», aseguran desde el propio instituto. Superados esos dos cursos, se animó a seguir con el grado superior de telecomunicaciones.
En el trabajo final de ese segundo grado surgió el proyecto que a la postre resultó premiado. «Tenía previsto dar continuidad al proyecto de fin de grado que hice para completar Electrónica», recuerda Herraiz. «Pero soy miembro de la Unión de Radioaficionados del Bidasoa y quería construir ese repetidor digital DMR. Gente de la asociación y de otras asociaciones me han ayudado mucho. Hacerlo como proyecto de grado hacía posible instalarlo en la azota del centro, un lugar inmejorable, facilitando la gestión de las infraestructuras necesarias». Cuando llegó la convocatoria de Itelazpi, fue el instituto el que le propuso presentar su proyecto «porque tenía un encaje perfecto», aseguran desde Dirección. «No pensaba que pudiera ser un proyecto ganador, pero todos en el Instituto Bidasoa se han portado tan bien conmigo que si me piden algo sólo puedo decir que sí, así que presenté el proyecto».
Herraiz asegura que construir el repetidor «no es difícil para alguien que haga este grado», pero reconoce que para el montaje también ha utilizado tutoriales de canales de YouTube de varios países. «Estoy contento porque es un sistema moderno y que funciona muy bien, que va a mejorar las infraestructuras para radioaficionados en la comarca. Pero sobre todo por su eficiencia, sostenibilidad y bajo coste. Su sistema permite dos entradas a la vez, así que lo que antes requería dos repetidores, este lo hace por sí sólo. He utilizado materiales radiofónicos reciclados y sistemas de bajo coste como Arduino y Raspberry y apenas gasta electricidad comparado con los antiguos repetidores digitales».
Fuente de la información: www.diariovasco.com
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