30 enero 2015

RADIO AYUDA CB27 AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD

Su presencia es más que habitual en cualquier acontecimiento que se organiza en Peñaranda de Bracamonte. Forman parte de la vida social y cívica de la localidad, echando una mano allí donde pueden ser necesarios, como en la organización de carreras o eventos deportivos. Son tan conocidos que muchos dan por segura su asistencia sin preguntarse quiénes son y por qué están ahí. De dónde vienen. Y, como en casi todo, detrás de estas preguntas hay una curiosa historia.
«Surgimos en el año 1988 como un grupo de ayuda en carretera, por aquel entonces salíamos con dos unidades los días con más circulación del año por la nacional 501 –la carretera que en tiempos atravesaba Peñaranda-, cubríamos hacia Ventosa, unos doce kilómetros, y hacia Salvadiós, en dirección Ávila». Marcelo de Manueles, actual secretario de la organización, recuerda así los primeros tiempos de este grupo, del que es el integrante más veterano.
Viajamos por tanto a los años 80, cuando España aún era en buena parte un país con carreteras complicadas, sin buenas conexiones y con índices de muertos y heridos por accidentes de tráfico que sobrecogían a expertos y profanos en la materia. En ese escenario surgieron los grupos de ayuda en carretera, organizaciones cívicas, formadas por ciudadanos de a pie que poseían equipos de radio con los que comunicarse fácilmente en un momento en el que los teléfonos móviles eran aún un sueño futurista. Con esos equipos y algunos vehículos, en los días más conflictivos en cuanto a tráfico, los integrantes de estos grupos cubrían determinadas zonas cercanas a sus localidades, informando de complicaciones, avisando si se producía algún accidente, manteniéndose en contacto con los camioneros…
«En aquellos años incluso nos llegó a felicitar el director provincial de Tráfico por la buena labor que estábamos realizando», apunta también De Manueles, reunido en la actual sede de la asociación –una de las aulas del antiguo colegio Comarcal Mixto- con algunos de sus compañeros, entre trofeos y fotografías. De aquellos años quedan los recuerdos de los numerosos accidentes que se producían en la 501, mucho antes de que la autovía A50 estuviera siquiera en planificación. «En aquel entonces cuando se producía cualquier accidente tanto Tráfico como los bomberos tardaban en llegar, así que nosotros hacíamos lo que podíamos y prestábamos la primera ayuda».
Ya no se paga licencia
Casi 30 años después la mera permanencia de este grupo es una heroicidad. La vida ha cambiado mucho y las comunicaciones, no digamos. En la época de internet, los móviles y los navegadores vía satélite, el grupo cultural de Radio Ayuda CB27 de Peñaranda de Bracamonte, que así es su nombre completo, persiste y resiste con orgullo. De hecho, aunque se saben casi únicos en España, en los últimos tiempos las perspectivas parecen mejorar para los aficionados a esta forma de comunicación, pues ha desaparecido la licencia que cobraba el Gobierno por tener un equipo de radio en casa y eso «está animando a la gente», como comentan los radioaficionados peñarandinos, que apuntan también que aún son muchos los camioneros, especialmente los portugueses, que llevan emisora.
La labor actual de este grupo de amigos, casi familia, que mantienen viva una afición desconocida para las nuevas generaciones, se centra, como decíamos al principio, en colaborar en cuantas actividades a gran escala se realizan en Peñaranda. Por ejemplo, en la tradicional marcha que la asociación Acopedis celebra cada primavera. Ahí está el grupo de Radio Ayuda para cortar calles, vigilar el tráfico e informar de cualquier posible incidencia. Lo mismo sucede en las carreras deportivas, como la del Hornazo o en la de bicicleta de montaña. «Además en las últimas ferias participamos en la actividad de multiaventura que organizó el Ayuntamiento, realizamos un pequeño taller en Los Jardines para los niños y logramos un contacto con Italia», explica Marcelo de Manueles, que recuerda las caras de emoción de los pequeños al ver cómo, a través de un aparato de radio, Peñaranda pudo contactar con un radioaficionado italiano.
Y es que los contactos es la esencia del mundo de los radioaficionados.
Si volvemos a viajar en el tiempo nos encontramos con una sociedad en la que comunicarse era mucho más complicado de lo que es ahora mismo. Poder hablar a través de un pequeño aparato de radio con gente procedente de todas partes de España e incluso del extranjero suponía para los radioaficionados una experiencia «muy emocionante» que recuerdan con cariño y que creó verdaderas amistades que aún se mantienen.
«Podíamos pasar horas y horas conectados, hablando con unos y con otros, chapurreando inglés o lo que pudiéramos». De aquellos contactos que tanto recuerdan los peñarandinos quedan ahora cajas llenas de las QSL, las tarjetas que los grupos de radioaficionados se enviaban como prueba de haber contactado. Auténticos tesoros que dan muestra de la actividad de este grupo que, constante, se mantiene alerta y dispuesto a ayudar allí donde Peñaranda de Bracamonte y su comarca los pueda necesitar. 

Algunos de los actuales socios del grupo, uniformados con sus polares, posan en la sede de la asociación, en el antiguo colegio Comarcal Mixto

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