La radioafición es un servicio de radiocomunicación que tiene por objeto la instrucción individual, la intercomunicación y los estudios técnicos, efectuados por personas debidamente autorizadas que se interesan por la radiotecnia con carácter exclusivamente personal y sin fines de lucro.
En Rivera, Néstor Angel Balle se dedica a esta actividad. Es radioaficionado desde hace bastante tiempo.
Para él “la actividad es netamente un hobby”, afirma, al tiempo que señala y remarca que “está regida por un reglamento que acuerdan todos los países y la autoridad de aplicación en nuestro país es el ENACOM”.
Con satisfacción muestra su licencia de radioaficionado. “La tengo desde el 30 de octubre de 1981 LU1EZN”, dice.
Balle, que es un entendido en esta materia, describe el funcionamiento de este sistema. “Se desarrolla en el QTH (lugar) donde está emplazada la estación de radio, sea fija, móvil, terrestre, marítimo o aéreo, cuando puedas, y cuando tengas condiciones de propagación, dentro de las bandas de frecuencias asignadas a cada categoría”, detalla.
“Yo actualmente tengo categoría General, con la cual puedo hacer uso de todas las bandas y hasta 1 KW de potencia”, destaca.
Néstor Balle da algunos datos para dimensionar la actividad de los radioaficionados en nuestro país.
Indica que en Argentina hay alrededor de 16 mil licencias habilitadas y se contabilizan 135 Radio Clubes.
La historia indica que la primera lista oficial de estaciones de radioafición en el mundo se conoció en el año 1909.
La radioafición es una actividad que perdura a lo largo del tiempo y una de las características es que presenta un perfil donde la camaradería, la hospitalidad y la solidaridad son valores referenciales. Uno de los ejemplos, entre miles de historias, se dio en inundaciones de la ciudad de La Plata y también en la Provincia de Santa Fe cuando no había comunicaciones. En estos casos, los radioaficionados fueron fundamentales para la coordinación de los operativos de rescate. Constituyen un eslabón clave para asistir en casos de tragedias o desastres naturales.
Balle sintetiza afirmando que “la finalidad es comunicar y experimentar en armado de equipos y antenas, colaborar en situaciones cuando la autoridad de aplicación así lo requiera”.
Respecto a los equipos que utilizan para poder comunicarse, explica que “los equipos de radio actualmente se compran armados y ajustados en todos los parámetros a su función”.
Agrega que “antes se armaban los equipos receptores y transmisores, fuentes y antenas; hoy se compran armados porque es imposible conseguir los elementos electrónicos, por ahora solamente podemos armar antenas”.
“Usamos el código Q, el alfabeto fonético internacional para definir y deletrear”, expresa.
Néstor Angel Balle, tuvo una amplia trayectoria como personal Técnico de la Cooperativa de Servicios y Obras Públicas de Rivera, donde alcanzó los beneficios de la jubilación.
“Actualmente -dice Néstor en referencia a su hobby- dispongo de una estación fija que consiste de una fuente de alimentación, dos tranceptores HF, un tranceptor VHF con sus respectivas antenas”.
“También dispongo un equipo HF para exteriores y/o emergencias para operar en campo, con su antena y batería, totalmente autónomo, un equipo VHF en el móvil (auto) y un móvil de mano (handy)”, enumera, al mencionar los componentes técnicos que posee en su plataforma de trabajo.
Finalmente, añade sobre la importancia de esta actividad que “ante fallas en la red telefónica el radioaficionado es el único medio para estar comunicado”.
Lo concreto es que esta “red social” que ya lleva mucho tiempo en acción sigue teniendo vigencia y promoviendo vínculos que trascienden las fronteras de un país. (Cambio 2000 / NG).
Fuente de la noticia: www.cambio2000.com.ar
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