En plena era del móvil, del whatsapp y del skype, la
radioafición está más activa que nunca en la zona. El Radioclub Estrada
-fundado hace casi 30 años- integra a 17 radioaficionados de distintos
municipios del entorno y organiza quedadas, charlas y talleres de todo
tipo para dar a conocer su actividad. El colectivo funciona al amparo de
la Asociación Deportivo Cultural de Guimarei y reúne a socios de A
Estrada, Lalín, Silleda, Forcarei, Caldas, Cuntis y Santiago. Incluso
hay algún miembro de México -el presidente del World Trade Center Ciudad
de México-, porque la radioafición no entiende de fronteras, sino de
rangos de frecuencia.
Se equivocan quienes creen que la radioafición es
cosa de otra época. Está tan viva como antaño. O más si cabe, por las
posibilidades que abren en este campo las nuevas tecnologías. Algunos de
los socios del radioclub estradense operan en la frecuencia de banda
ciudadana (CB). Era la utilizada antiguamente para las cacerías del
zorro. Les permite hacer comunicaciones locales y, de marzo a
septiembre, aventurarse también en otras latitudes. Operar en CB no
requiere ningún tipo de acreditación.
Pero una decena de radioaficionados del grupo no se
han conformado con este ancho de frecuencia y se han examinado para
conseguir la licencia echo-alfa. Pueden operar las diferentes bandas en
todo el rango de frecuencias, están acreditados como instaladores de
antenas y pueden hacer comunicados con voz (en fonía) con la otra punta
del planeta.
Los profanos en la materia se preguntan qué gracia
tiene hoy en día hacer una llamada de voz internacional que puede
hacerse perfectamente con un móvil. Las motivaciones son múltiples,
según explica el secretario del colectivo estradense, Fran Paz.
Una de ellas es el reto que supone hacerse oír al
otro lado del mundo por tus propios méritos. A los radioaficionados
locales les gusta rizar el rizo y, aún disponiendo de más medios,
compiten para ver a dónde son capaces de llegar con una antena
autoconstruida y con la mínima potencia. Con cinco watios y una antena
fabricada con dos cables y una caña -conectada al equipo de radio de
alta frecuencia (HF)- el club estradense ha conseguido comunicarse desde
Forcarei con Cuba y con Canadá.
Otro de los atractivos es el de lanzar comunicados al
aire, sin saber quién los contestará. Se puede quedar previamente con
alguien e intentar que esa persona escuche la llamada, pero lo más
habitual es esperar respuesta sin saber quién estará al otro lado.
Privilegios científicos
También es una ventaja indiscutible poder hablar con
personas inaccesibles para el resto de los mortales. El colectivo
estradense ha conseguido contactar con la base española en la Antártida
hace cinco años y con la estación espacial internacional dos veces. Es
un privilegio escuchar a un astronauta contando en directo desde el
espacio su día a día o poder preguntarle a un científico curiosidades
sobre las condiciones de vida en el polo. Eso no se consigue ni con el
más moderno de los móviles.
Tampoco con un smartphone se pueden recibir faxes
meteorológicos en alta mar ni «escuchar» las perseidas, como hicieron
los radioaficionados congregados en el observatorio de As Casetas
(Forcarei) el día 14 de este mes. Ese día las nubes impidieron ver la
lluvia de estrellas, pero la la caída produce una frecuencia capaz de
ser reflejada al rebotar en la atmósfera. Ese sonido de las lágrimas de
San Lorenzo pudo ser escuchado por radio desde Forcarei.
Entre todos los radioaficionados del club estradense
se han registrado comunicados a 120 países diferentes. Costa Rica, Cuba,
Venezuela, Canadá, Italia, Francia o Japón son solo algunos de ellos.
Ayuda para iniciarse
Quienes quieran iniciarse en el arte de la
radioafición pueden hacerlo por poco dinero. El secretario del colectivo
local recomienda probar primero en la banda ciudadana, para lo que es
suficiente un equipo de segunda mano -que se consigue en Internet o en
los mercadillos (cacharreo, en la jerga del sector)-, una antena
doméstica y una batería de coche. «Iso é máis que suficiente para
comunicarse co resto do mundo», asegura Fran Paz. En Internet hay
tutoriales para construir las antenas, pero además el Radio Club Estrada
se ofrece a asesorar a cualquiera que quiera iniciarse.
Fuente: La Voz de Galicia.
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