Una de las facetas más conocidas de la Radioafición es sin dudas la
participación de sus practicantes en las llamadas situaciones de
emergencia. Creo que el crecimiento en los últimos años de la cantidad
de estos en Cuba y las posibilidades de comunicación que ofrecen,
ha permitido que ocupen un lugar destacado en momentos de desastres
naturales.
Pero el ámbito de actividad de los radioaficionados va
mucho más allá que el citado. Usan el código morse y las comunicaciones
por voz, el radio teletipo, facsímile y distintos sistemas de
televisión; muchos tienen computadoras conectadas a sus equipos de radio
para llevar el control de sus contactos radiales, trabajar diversos
modos digitales y conocer la posición de los satélites de
radioaficionados, entre otros muchos usos.
Para conocer
más detalles de cómo se utilizan estas tecnologías en Cuba, Pedro
Rodríguez Pérez, presidente de la Federación de Radioaficionados de
Cuba, FRC, accedió a responder nuestras interrogantes.
OPS: Pedro, ¿cómo está organizada la actividad de los radioaficionados en Cuba?
PRP:
Los radioaficionados cubanos están organizados en una asociación de
carácter social y de alcance nacional, la Federación de Radioaficionados
de Cuba, (FRC), con filiales en cada una de las provincias del país y
Radioclubes en los Municipios y en el Municipio Especial Isla de la
Juventud. Se practica como medio de superación técnica, de
esparcimiento, investigación científico-técnica, de apoyo a las tareas
comunitarias y de solidaridad internacional.
OPS: ¿Cuántos afiliados tiene la Federación de Radioaficionados de Cuba?.
PRP:
En estos momentos tenemos unos 8 500 afiliados, incorporados a los 152
Radio Club municipales del país. Entre ellos contamos con médicos,
maestros, artistas, científicos, militares, campesinos, estudiantes y
amas de casa y no es despreciable la cifra de jubilados y discapacitados
que han encontrado en esta actividad, una forma útil y educativa para
emplear su tiempo e inteligencia. En algunos lugares usted puede ver a
un obrero agrícola trabajando en el surco y que tiene en la cintura un
pequeño transceptor usado por los Radioaficionados en las comunicaciones
de relativas cortas distancias.
OPS: ¿Qué por ciento de los radioaficionados cubanos son jóvenes?.
PRP:
Yo diría que alrededor de un 60% de nuestros afiliados tienen menos de
40 años. A partir del trabajo que hemos realizado con las escuelas y con
algunas universidades como la UCI, se han incorporado muchos jóvenes a
la Radioafición.
OPS: Muchos radioaficionados usan medios de cómputo para realizar sus comunicaciones radiales ¿Cómo lo hacen?.
PRP:
Todos sabemos que los sistemas de comunicaciones importantes están
pasando de los antiguos sistemas analógicos a los digitales, que ofrecen
mayor crédito en cuanto a confiabilidad y operación libre de errores.
Con la incorporación de las computadoras automatizamos las operaciones
mejorando la calidad de la transmisión.
Para realizar la
comunicación utilizamos programas informáticos que llamamos modos
digitales, que permiten convertir la señal analógica del equipo de
radiocomunicaciones, en digital o la señal digital de la computadora en
analógica, empleando una interface para que el proceso sea sin errores
en ambas direcciones.
Los radios a utilizar pueden ser desde los
más sencillos, portátiles, que permiten la comunicación incluso en
movimiento (walkie talkies) de muy alta frecuencia (VHF) hasta los más
complejos, completos y caros transceptores de alta frecuencia (HF). La
computadora es lo que hará posible esta operación, está desde una
sencilla y no tan moderna, hasta cualquiera de las más sofisticadas del
mercado mundial.
Un dispositivo llamado modem o interface
(modulador-demodulador) es el encargado de “traducir” las señales
digitales provenientes del computador, transformándola en señales de
audio asequibles a la entrada de audio del transmisor, y a la inversa,
toma la señal analógica de audio del receptor y la convierte en digital
para inyectarla al computador.
OPS: Y ¿cómo acceden los radioaficionados cubanos a esta tecnologías?
PRP:
Mira Omar, la práctica de la Radioafición en el mundo es elitista,
porque hay que tener dinero para acceder al equipamiento, enfrentar
otros gastos que la misma actividad genera, a los conocimientos y
disponer del tiempo para hacer radio. En los momentos que corren se ha
visto un decrecimiento en la práctica de este hobby en todo el planeta;
sin embargo en el caso de nuestro país la tendencia ha sido creciente,
tan es así que en los últimos 5 años se han incorporado más de 3 mil
personas a la FRC y se ha logrado que la cantidad de Licencias emitidas
por la Autoridad Facultada del Ministerio de Comunicaciones esté muy
cerca de las 2 mil. Estas cifras para cualquier país son inimaginables y
mucho menos si se trata de una isla pequeña, bloqueada y con las
limitaciones económicas que todo cubano conoce.
En muchos casos
los radioaficionados cubanos construyen sus propios equipos y antenas,
en otros casos los modernizan, gracias a los conocimientos y preparación
adquiridos en estos años. Por solo citar un ejemplo, José Tanquero
(CO2JT) con un grupo de colaboradores, diseñaron, construyeron y
pusieron en explotación un equipo de HF al que denominamos Cagüairán.
Con la ayuda del Ministerio de Comunicaciones se ha logrado fabricar una
cantidad importante de módulos de Circuitos impresos para la
generalización de los mismos.
OPS: ¿Es cierto que se han comunicado con algunos satélites?
PRP:
Así es. Eso tiene su historia, que comenzó el 4 de octubre de 1957,
cuando la ex Unión Soviética puso en órbita su primer ingenio espacial,
el Radio Sputnik 1. Resulta que llevaba a bordo una radiobaliza que
emitía señales en una frecuencia cercana a los 20 megaherzios, las
cuales fueron escuchadas por miles de radioaficionados y radioescuchas
en todo el mundo. En Cuba, las señales fueron escuchadas por primera vez
por Oscar Morales Tur (CO2OM), quien se encargó de distribuirlas entre
los órganos de prensa de la época.
Hoy están orbitando y operando
normalmente varios satélites de radioaficionados, en comunicaciones de
voz, digitales y en transmisión de imágenes. Entre nuestros asociados,
el joven cienfueguero Héctor Martínez Sis (CO6CBF), tiene una fecunda
trayectoria en la comunicación mediante satélites y ha participado en
dos ocasiones en el simposio anual de la AMSAT, que es la entidad que
agrupa a los radioaficionados del mundo interesados en las
comunicaciones espaciales.
OPS: Una última pregunta. ¿Qué perspectivas tiene la Radioafición en nuestro país?
PRP:
Muchas. El gobierno cubano ofrece una prioridad de primer orden a
nuestra actividad. Creo importante señalar que nuestra asociación
comenzó en el 2008 la instalación y desarrollo de una red de datos que
hoy tiene asociadas más de 150 computadoras (de ellas 27 servidores) y 3
mil usuarios con acceso a correo electrónico y navegación a sitios de
nuestro interés. Poseemos salas de navegación en todas las filiales
provinciales para el servicio a aquellos miembros que no disponen de los
tres elementos básicos para acceder a una cuenta conmutada, te hablo
del servicio telefónico tradicional, una computadora y un modem
telefónico, y de esta forma facilitarle el acceso a las informaciones
que se difunden por el sistema Informativo organizado en la Federación a
través del Sitio WEB FRCUBA, a una mayor cantidad de usuarios. Ello ha
multiplicado considerablemente nuestras posibilidades de capacitación,
preparación, comunicación y generalización de lo que se hace por los
miembros de la Federación a lo largo y ancho del país.
Se amplían
las posibilidades de comunicarnos con personas en todo el mundo,
intercambiar ideas y conocimientos, experimentar con cosas relacionadas
con nuestra afición, desde antenas hasta equipos transmisores y
programas de computación. Recuerda que podemos conversar lo mismo con un
astronauta que orbita la tierra a bordo de una nave espacial, con
hombres de negocios en Asia o Europa, el presidente de un país
latinoamericano, un músico estadounidense o con un marinero a bordo de
un barco en mitad del atlántico.
De mucha trascendencia es el
servicio que ofrece la Radioafición cubana a la comunidad. Uno de sus
ejemplos más conocido es su participación en las situaciones de
emergencia creadas a partir de desastres o daños de origen natural como
inundaciones o huracanes. También ayudamos en la búsqueda y salvamento
de personas, barcos o aeronaves, en casos de pedidos de medicamentos,
sangre, sueros, para enfermos o accidentados graves, así como en el
aseguramiento de actividades deportivas, sociales y políticas.
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