En Corea del Norte nada es seguro hasta que se hace
oficial. Y, entonces, tampoco. Por eso, pocos creían que el país
estuviese fabricando sus propias tabletas digitales, como habían
asegurado sus dirigentes en varias ferias de dispositivos móviles. Pero
hace unos días, un turista, que sólo ha revelado su nombre de pila
–Michael– para evitar que le impidan la entrada al país en próximas
ocasiones, consiguió adquirir en una tienda de souvenirs de Pyongyang
una Samjiyon, el tercer modelo que se comercializa dentro del régimen
comunista. «Acabábamos de terminar de comer y la vi. Pregunté si estaba a
la venta y, para mi sorpresa, la dependienta me dijo que costaba 200
dólares (153 euros)», aseguró.
Aunque esa suma equivale al sueldo de seis meses de un
funcionario norcoreano medio, Michael no lo dudó. Compró el aparato y lo
analizó a fondo. La Samjiyon tiene una pantalla táctil de 7 pulgadas
con una resolución de 1.024 x 768 píxeles, un procesador de 1,2
gigahercios, y una memoria interna de 8 o 16 gigabytes, según el modelo.
Además, la tableta cuenta con una cámara de 2 megapíxeles y funciona
con un sistema operativo Android Ice Cream Sandwich. Vamos, que no es
ninguna maravilla tecnológica. Pero, como afirma el turista –empleado en
una compañía de tecnología–, «funciona excepcionalmente bien, y podría
competir en velocidad de respuesta con las tabletas líderes del
mercado».
En cualquier caso, lo interesante de la Samjiyon, que
seguramente se fabrica en China y adopta luego un software diseñado en
Corea del Norte, está en lo que deja al descubierto sobre la forma en la
que funciona la censura del régimen estalinista. En primer lugar, es
imposible conectar el aparato a Internet, aunque sí funciona con la
intranet local, la única red a la que tienen acceso los norcoreanos.
Lógicamente, no tiene las aplicaciones de Google ni las de las redes
sociales extranjeras.
Lo que sí se puede hacer con la tableta es ver la
televisión analógica, porque viene equipada con una antena para ello.
Eso sí, únicamente permite acceder a la señal de los dos canales que
emiten en el país. Además, la Samjiyon trae una amena librería que
incluye la doctrina de 'Juche' y el relato de la vida y los milagros de
su fundador, Kim Il-sung.
Curiosamente, la tableta sí que cuenta con 'Angry Birds' de
serie. Quizá sea uno de los juegos favoritos de Kim Jong-un, quien ya
ha demostrado su gusto por los dibujos animados, las películas de acción
y los 'gadgets' tecnológicos. De hecho, el monarca de esta particular
dinastía comunista visitó la pasada semana la que ya es la primera gran
factoría de teléfonos inteligentes norcoreana.
Foto de la peculiar tablet norcoreana
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