30 AÑOS DE SUPER STAR 3900...¿Y QUIEN NO HA TENIDO UNA?

Casi treinta años en el mercado, una veintena de ellos homologada para uso en banda lateral, se cumplen ahora. Es la tarjeta de presentación de una de las emisoras más vendidas y más longevas de banda ciudadana.

A lo largo de todo este tiempo han aparecido y han desaparecido otros muchos modelos, pero la incombustible 3900 se ha seguido manteniendo como uno de los iconos de la CB.

A excepción de muy ligeros cambios estéticos, este transmisor ha mantenido su imagen, no se le han introducido funciones nuevas y, salvo las reformas necesarias en el momento de su homologación y posteriormente para su adecuación a la norma europea de FM, es técnicamente casi el mismo de los orígenes, y a pesar de ser todo un conservador sigue manteniéndose como uno de los aparatos más admirados por los cebeístas.

¿Cuál es la razón?, ¿qué es lo que tiene la Super Star que ha sido capaz de superar la treintena manteniéndose en el candelero? Hay preguntas difíciles, y ésta es una. Tampoco Jordi Pi, gerente de Pihernz Comunicaciones, importador del equipo, tenía una explicación muy clara cuando afirmaba que «nadie conoce la razón de su éxito, quizá sea su corte clásico, o su tacto, aunque lo más probable es que se trata de un modelo muy manejable tras el cual se han sucedido nuevos diseños, pero ninguno con sus características».

Desde luego que es un equipo con un funcionamiento más que comprobado y con unas prestaciones de las que pueden responder muchos operadores, pero aun así es de admirar su capacidad para sortear tiempo y tempestades y haber resistido al empuje de otros modelos, algunos, dicho sea de paso, meras copias.

Así nació
Las primeras 3900 llegaron como una alternativa a la 3600, que entonces fabricaba Ranger. Esta, a su vez, era una descendiente de la 360 que realmente fue la primera Super Star en aparecer. De la 360 había tres versiones, la H4, la H5 y la H6, que se diferenciaban por las distintas placas de diodos que llevaban.

La 3600 tuvo un importante éxito inicial a pesar de que la CB oficialmente no existía en España, así que puestos a sacarle punta a la picaresca aquellas primeras emisoras se modificaban para abrirlas a 120 canales. Vista la buena acogida, se modificó la circuitería ligeramente para albergar en su interior un nuevo controlador PLL y se bautizó al recién nacido modelo como 3900.

Cuando en 1992 publicamos que se acababa de homologar y por lo tanto se podía usar legamente en todos los modos que incluía, hubo muchísimos lectores que nos escribieron o nos llamaron para confirmar que aquella noticia no era un error, y no faltó quien cargado de incredulidad llegó a decirnos que eso era «imposible».

Lo que ocurrió es que la 3900 salió de las trastiendas para ocupar un puesto bien visible en los escaparates presumiendo de su banda lateral, así que ya no era necesario comprarla con mil precauciones o traerla bien camuflada de Andorra.

Siempre que alguien o algo tiene éxito comienzan a aparecer los imitadores, y la Super Star no fue una excepción. Hubo muchos equipos más o menos parecidos cuando no prácticamente iguales a los que se les dio nombres confusos, usando para ello una nomenclatura similar a la de Super Star 3900. El efecto que estas copias produjeron fue el contrario, ya que según confesaba en su momento Jordi Pi, «las copias no nos han perjudicado dada la existencia de un reglamento español que lo regula. Es más, en cierta forma nos han beneficiado por que la han hecho más conocida todavía».

Tres décadas después de su irrupción en el mercado, la 3900 sigue vigente y continúa siendo el equipo deseado, querido y utilizado por miles de cebeístas. Es una emisora que me da que nos va a jubilar a todos.

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